La consecuencia inmediata de la eficiencia energética no es otra que el ahorro energético y, por lo tanto, el ahorro económico en nuestra factura energética. En otras palabras, a las “ganancias” para el medioambiente debemos añadir el incremento de nuestros recursos disponibles, ya seamos una empresa o un particular. Pero las ventajas económicas de la eficiencia energética no se limitan a este ahorro: un informe realizado por el Centro Común de Investigación (JRC), que es el órgano de la Comisión Europea encargado directamente de la investigación, argumenta que la eficiencia energética de los edificios está muy relacionada con el riesgo de impago: a mayor eficiencia energética menor riesgo de impago.
Otro parámetro que se ve positivamente afectado por la eficiencia energética es el valor del edificio. Siempre a juicio de los autores del informe, las mejoras en este campo aumentan el precio de compraventa de los edificios residenciales entre un 3% y un 8%, y su precio de alquiler, entre un 3% y un 5%. Sin embargo, la mayor revalorización se da en los edificios comerciales, donde las obras de eficiencia energética implican un aumento del precio de venta de un 10%, que puede llegar hasta el 20% en algunos casos.
Con estos datos en mente, ¿quién puede resistirse a hacer las gestiones necesarias para obtener el certificado de eficiencia energética? ¿Hablamos?
El informe, que por ahora sólo se ha publicado en inglés, puede consultarse en este link.
Para ampliar la información, recomendamos este artículo de ESEFICIENCIA, un medio de comunicación on-line especializado en la eficiencia energética.
Imagen: Ricardo Gomez Angel